En la ventana, lluvia templada
galopa y se aleja
de mi sueño de mentira,
de mis excusas de plástico naranja
en la orejas,
de las miradas perdidas,
colgadas en las cinco esquinas
de mi cuarto.
Lluvia trota sobre cristales
helados por el desierto
y recuerdo el sonido del mar imaginado,
que suena a sueño amigo,
que lleva al momento que fue
un solo respirar tu boca
en la montaña, frente al mar
-El Mar junto a una playa
que a veces olvido-.
En otro tiempo.
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