poemas

las ocho horas de las teclas

las ocho horas de las teclas
se consumen en una cálida oficina
con penumbras
y yo no se si el fingir
es normal o parte
de mi desubicación.

las pantallas iluminan rostros concentrados
-¿en qué?, ¿para quién?-
y las luces tras los grandes ventanales guiñan historias
de noche
a las seis de la tarde.
cuestión
de latitudes.

¿qué tipo de vida es ésta
que empiezo a compartir con los oficinistas?

¿qué es este duro relax de no sentirse irresponsable
más que de un proyecto, una tarea,
un punto
en un powerpoint?

¿cómo es posible que haciendo
esta
miniatura existencial
tenga más fuerza que en los años
de paseos
didácticos
por aulas que, a veces,
me escuchaban?

¿es esto una tragedia?
¿una derrota?
¿una capitulación frente a aquello
que no pude conseguir?
¿es esto una salida?

¿es esto, quizás, …?

[foto]

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