no hay más de mí
salvo en las sobras malolientes de la inspiración.
quemo
madrugada tras noche
buscando el ritmo que te haga amable
y tengo,
cuando despierto con los ojos pegados a la tecla,
un montón de líneas con mal
sabor de boca.
solo
lo que escribo tras tu almohada tiene
algo que ver conmigo.