poema

la noche pinta horrores

la noche pinta horrores en sus ojos cerrados
y él ve sombras y oye gritos
más allá del cristal
y tiembla como nunca lo hizo
siendo joven.

cree que hay gentes en la plaza y arde la casa
[la casa que fue suya con esfuerzo,
la casa en que cogió la mano fría
de su compañera]

trata de bajar las escaleras y tropieza
y se cae, y se golpea y piensa,
todavía un rayo de lucidez entre las nieblas,
que quizá algo no va bien en su cabeza.
y grita su dolor y su impotencia de abuelo aferrado
a un frío peldaño de madera.

cuando llegan los hijos se repite
la escena con vocación de rutina:
el tacto, las miradas,
la acuciante sensación de final conocido pero nunca
nunca, nunca aún
asumido del todo.

y él se deja llevar y se acoda en la mesa,
en la cocina.
…y murmura, temblando,
que afuera llegan gentes.

[foto]

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